Sociedad Teosófica en Uruguay
REFLEXIONES

QUIEN ES UN TEÓSOFO Y QUIEN NO
H.P. Blavatsky
 
Es fácil llegar a ser teósofo. Cualquier persona, aunque no pertenezca a la Sociedad Teosófica, cuya capacidad intelectual normal se sienta inclinada hacia la metafísica, hacia una vida pura, carente de egoísmo, que halle placer ayudando a los demás y que no reciben ayuda de su vecino o de otros. Que hermane el estudio, el deber, la libertad y la conciencia conjuntamente. Que esté siempre dispuesto a sacrificarse por ayudar, que estime la Verdad, la Bondad y la Sabiduría, por el amor que siente espiritualmente, no por los beneficios que pueda recibir en un futuro; ése será un buen teósofo de principios fundamentales.
Quien no practica el altruismo y no está preparado para compartir su último pedazo de pan con el que sea más pobre y débil que él... que no se preocupa por ayudar a su hermano el hombre,... que se siente incómodo por el sexo, raza, nación o credo de aquellos con los que habla y trata... que cuando encuentra a alguien que sufre permanece sordo ante el estallido humano de miseria... que cuando oye hablar mal de alguien inocente y no hace nada por defenderlo como lo haría para defenderse a sí mismo... ése no es un buen teósofo... aunque pertenezca a la Sociedad Teosófica.
La Teosofía no tiene que ser únicamente una colección de verdades morales, no tiene que ser un conjunto de ética metafísica sólo apta para disertaciones teóricas. LA TEOSOFÍA TIENE QUE SER PUESTA EN PRÁCTICA y con este propósito tiene que liberarse de discusiones inútiles y de charlas de estentórea vanidad. La Teosofía tiene que encontrar expresión objetiva en un código general de vida íntimamente saturado de su espíritu, el espíritu de la tolerancia mutua, de la sinceridad y del amor. Sus seguidores tienen que dar ejemplo de moralidad sincera y medir su crítica al señalar aunque sea con gentileza, la carencia de una ética, de una unidad de propósito similar en otras asociaciones o individuos. La misión de la Teosofía es la expresión de claras e inequívocas normas éticas y deberes claros que abarquen de la mejor manera posible los sentimientos altruistas y de justicia que laten en nosotros y modelar estos conceptos para aplicarlos a aquellas formas o normas de la vida cotidiana que mejor se presten a ello. Esto es lo primero de todo para cuantos quieran trabajar de acuerdo con estos principios.
Es un deber que exige esfuerzos duros y perseverantes que nos conducirán inexorablemente al progreso, sin dejamos la posibilidad de que se alimenten aspiraciones egoístas más allá de los límites ya señalados.
No os detengáis en hacer comparaciones no fraternales, entre vuestra tarea ya realizada y la de vuestro hermano en la Teosofía, puesto que nadie tiene la obligación de llevar a cabo un trabajo mayor que el que su fuerza y capacidad le permitan en cualquier momento de su vida.

 

EL SENTIDO DE LO CORRECTO
Por Sra.Radha Burnier

Una vida limpia es una vida ética, la integridad interna es la que guía hacia una acción correcta. Hay una cierta subjetividad involucrada en la comprensión de esto, y aquellos que no son sensitivos se transforman en auto-jueces y tienden a moralizar sobre las acciones de otras personas.

En primer lugar, debemos considerar si la rectitud está vinculada con la situación ocasional. Esto no es lo mismo a creer que todos los valores están relacionados. Los valores fundamentales son absolutos, perennes. Pero es un hecho que cada ser viviente está en una determinada situación evolutiva y en un único relacionamiento con las otras cosas y personas. Nadie está en una situación exactamente igual a la de otro. De esta manera los antiguos indios hablaban del svadharma (dharma individual). Cada persona tiene una responsabilidad que ninguna otra tiene.

Es fácil comprender esto con un simple ejemplo. Los deberes de una madre con un hijo no son los mismos que los de una hermana, hermano, hijo o hija. Los deberes de un hijo hacia un padre no pueden igualarse con los otros miembros de la familia. Nuestra responsabilidad hacia un ser dependiente de nosotros es específica y no puede compararse con los deberes que tenemos hacia el mundo en general. Aquel que planta un árbol o acepta un animal como mascota, adquiere una responsabilidad que él o ella no tiene hacia una planta o animal en el jardín del vecino o en la selva. La intención precedente a la acción crea una responsabilidad especial. También hay relacionamientos "accidentales", los cuales surgen imprevistamente en nuestra existencia. (Aquellos que reconocen que hay una Ley de Karma saben que no existen los accidentes). Entonces, cuando surge una responsabilidad nueva es por causa de la situación, el tiempo y la conexión.

El hecho de que el dharma de cada persona es único o individual, podría convertirse en una filosofía conveniente para escapar a una correcta acción. De modo que los antiguos aclaraban que el dharma particular de un individuo está subordinado a las responsabilidades éticas comunes a todas las personas, lo que nadie puede ignorar sin pagar el precio kármico. La compasión es un dharma. En cualquier situación en que una persona se encuentre, elevada o baja, débil o fuerte, la compasión es un deber - no sólo hacia los humanos, sino hacia todos los seres vivientes. Este es uno de los grandes principios éticos, válido en cualquier momento y en cualquier situación.

Podemos tomar otro ejemplo, investigando el tema, aquel de una mujer pobre con niños, con pocos medios para alimentarlos. Tales casos existen aun en países prósperos, donde también hay desposeídos sin un lugar donde vivir. Si la mencionada mujer se apropiara de comida en la cocina de alguna persona, sería condenada como ladrona. Pero, ¿es ella más inmoral que aquella gente saludable que diariamente come deliciosa y abundante comida mientras otros no tienen casi nada? Cuando se realiza un acto positivo, éste se hace punible, pero la no acción puede, por momentos, ser aun más condenable. “La inacción en un acto de compasión se transforma en acción en fatal pecado” (La Voz del Silencio). Podrían citarse cientos de ejemplos de este tipo para resaltar la complejidad de las situaciones que se presentan en la vida y mostrar por qué las actitudes de auto-juicio y crítica deberían ser estrictamente advertidas. La acción éticamente correcta no depende de la evaluación mental de los pros y contras. Surge de la sensibilidad y el sentimiento de unidad con los demás. No hay, de hecho, medida ética superior al sentimiento de no separatividad, que nos enseñe a ser espontáneamente correcto.

El proceso evolutivo de la vida exige a cada alma atravesar ciertos tipos de experiencias y comprender su significado. Annie Besant explicó que cuando en un individuo hay una compulsión interna, aun para hacer algo tonto o erróneo, a pesar de advertencias y consejos, indica que esa alma debe experimentar algo. Como corolario, ella enfatiza que una persona perturbada debe ser ayudada sin tener en cuenta si es buena o mala, si ha hecho bien o mal.

El sufrimiento es igual para quienquiera que lo experimente, y nuestro deber es aliviarlo.

Mirando atrás en nuestras propias vidas, encontraremos que hemos causado sufrimiento con alguna de nuestras acciones. El sentido común dice: Si no lo hiciera, tomaría precauciones. Pero, bien podría haber sido que hubiésemos sido tontos en aprender. Todo el mundo se siente, en algún momento, impulsado a hacer cosas que otros consideran innecesarias o equivocadas. Si no sabemos como sensibilizamos ante esto, es preferible evaluar los hechos en nuestra mente, existe una buena base para actuar correctamente.

Santos iluminados, cuyo amor es ilimitado saben que es lo absolutamente correcto y también cuando y como falla una persona. En realidad, ellos saben que la falla no existe, cada error es un paso hacia el conocimiento. Quienes no somos sabios debemos necesariamente continuar nuestro camino dentro de lo que sentimos es correcto.

 

TU ERES UNA MARAVILLA
Por Pablo Casals
A veces miro a mi alrededor con un sentimiento de congoja.

En la confusión que aflige al mundo de hoy, veo una falta de respeto por los verdaderos valores de la vida. La belleza nos rodea, pero, ¡cuántos son los que están ciegos para verlos! Esa misma gente mira las maravillas del mundo, pero parecen no ver nada.

Cada segundo que vivimos es un nuevo y único momento del universo, un momento que nunca volverá ......... pero, ¿qué le enseñamos a nuestros niños ? Les enseñamos que dos más dos son cuatro y que Paris es la capital de Francia.

¿Cuándo les enseñamos también cosas como: ¿sabes tú quién eres? tu eres una maravilla. Tú eres único. En todos los años que han pasado nunca a habido un niño como tú. Y, ...... mira tu cuerpo: ¡qué maravilla es! Tus piernas, tus brazos, tus hábiles dedos, la forma como te mueves...... Tú puedes convertirte en un SHAKESPEARE, en un MIGUEL ANGEL, o en un BEETHOVEN. Tú tienes la capacidad para cualquier cosa. Si, tú eres una maravilla.

Y cuando tú crezcas, sabiendo todo eso, ¿podrás entonces hacer daño a otro que es como tú también, una maravilla? Tú debes lograr aprecio y protección mutua. Tú debes trabajar - todos debemos trabajar- para que este mundo sea digno de sus hijos.

 

 
     
 
 
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